Un incentivo desagradable tiene
los siguientes efectos: el sujeto emite una respuesta para evitar un estímulo
desagradable o también dejar de realizar una acción porque esta es castigada.
El objetivo del castigo es la
reducción de la intensidad y de la frecuencia de una acción y su resultado
depende del buen empleo de unas variables:
Intensidad:
a mayor intensidad del castigo más efectivo.
Duración: a
mayor duración más efectivo.
Demora en su aplicación: debe de aplicarse inmediatamente a la emisión de la
conducta.
Contingencia: se ha de administrar el castigo por la conducta inadecuada de tal forma
que el sujeto pueda relacionarlo.
Disponibilidad de una conducta alternativa: es más eficaz si existe una fuente alternativa de
incentivo. Si el castigo es incontrolable se llega a un estado de indefensión
aprendida.
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