domingo, 22 de diciembre de 2013

CONDICIONAMIENTO OPERANTE



Se persigue descubrir los mecanismos por los cuales la mente de un sujeto se adapta a las exigencias del ambiente. Se considera la conducta como un instrumento para conseguir premios y evitar castigos.
En este sentido actúa la LEY DEL EFECTO según la cual: las consecuencias de una acción determinan su repetición, de tal forma que si las consecuencias son agradables la conducta aumentará pero si son desagradables disminuirá. Cuanto mayor es el premio o castigo que obtenemos más intensamente se refuerzan ciertos patrones conductuales.
Por ejemplo, si a un niño le ofrecemos un juguete por terminar de hacer un puzle este encontrará la suficiente motivación para intentarlo pero si por el contrario le decimos que si acaba el puzle tendrá que hacer unos deberes extra seguramente no termine la tarea.
Este tipo de aprendizaje es lo que se denomina CONDICIONAMIENTO OPERANTE porque el sujeto opera sobre el ambiente emitiendo voluntariamente aquellas respuestas que le proporcionan premios y le evitan castigos. Para que este condicionamiento se produzca es importante que exista una contingencia entre la conducta y sus consecuencias.
En este proceso intervienen dos factores:
§        Respuesta operante: es la respuesta que se desea adquirir y que el individuo se encuentra motivado a realizarla.
§        Estímulo reforzador: es aquello que se dispensa al sujeto tras la conducta deseada. Es importante hacer un buen uso del reforzador. Pensemos por ejemplo en un niño que inicia una rabieta y automáticamente le cogemos en brazos para calmarlo, lo que hacemos en este caso es reforzar una conducta negativa y fortaleciendo su repetición. Si por el contrario esperamos a que se calme para cogerle en brazos estaríamos reforzando una conducta positiva.
Según la TEORÍA DE LA PROBABILIDAD DE PREMACK un reforzador puede ser una actividad cuya probabilidad de ocurrencia sea mayor que la de la conducta exigida (si un niño pasa mucho tiempo viendo la tele y poco estudiando entonces deducimos que ver la tele le gusta más que estudiar por lo que podemos utilizar la tele como premio después de hacer los deberes).
Conforme a la HIPÓTESIS DE LA PRIVACIÓN DE LA RESPUESTA (Timberlake y Allison) también pueden ser reforzadores aquellas actividades que ocurren con menor frecuencia, siempre que se limite y controle al sujeto en el acceso a ambas (si conseguimos que el niño estudie mas horas de las que pasa jugando a la consola esto sería un ejemplo de que es posible invertir la conducta pero, permitirle jugar a la consola una vez terminadas las tareas seguiría siendo un reforzador).
Una ampliación de esta teoría es la TEORÍA DE LA DISTRIBUCIÓN CONDUCTUAL según la cual cualquier actividad puede convertirse en reforzador de otra. Así durante un condicionamiento se modifica la distribución que hace un sujeto de su tiempo.

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